Unos 2.500 visitantes en la webinar sobre abordaje del paciente, variantes y manifestaciones persistentes de COVID-19

Tras un año de convivencia con la COVID-19, aún hay muchas dudas sobre esta enfermedad. Y mucha nueva información que la semFYC ha querido compartir con otros médicos de familia y comunitaria. Con esa idea se han puesto en marcha dos webinars para esta semana.

El primero de ellos tuvo lugar ayer martes con un gran éxito de convocatoria. A lo largo de las casi dos horas que se prolongó el evento, se llegaron a alcanzar los 2.500 visitantes de los que se mantuvieron estables y atentos a lo que se decía en torno a 600 personas. Todo un hito. Estuvo presente José María Molero, quien empezó haciendo un repaso de las evidencias y no evidencias con que se cuenta a día de hoy. Como que “no hay prueba de que los alimentos o los envases de alimentos sean fuente o vía de transmisión para el SARS-CoV2”. Del mismo modo, “hay evidencia consistente, posible pero poco eficiente de la transmisibilidad vía aerosoles”, algo que tan solo 12 meses atrás se ignoraba.

Molero también se refirió a las posibles complicaciones de la enfermedad. En ese sentido, se refirió al riesgo en mujeres embarazadas: “A mayor edad, el riesgo de que la #COVID19 se complique es mayor”. Del mismo, aseguró que “la comorbilidad complica el diagnóstico de nuestros pacientes, aumenta la probabilidad de una complicación letal”. También es interesante saber que “los biomarcadores van a predecir un mal pronóstico y nos van a indicar si van a tener o no una mala evolución”.

Respecto a los test de anticuerpos, explicó que la IgM y la IgG aparecen a menudo simultáneamente y que “los anticuerpos se van aclarando pero la actividad neutralizante se mantiene en el organismo. Hay estudios que afirman que se están dando más reinfecciones de las que se pueden diagnosticar, pero que los casos son muy leves. Sabemos que los anticuerpos que se producen nos protegerían entre 6 y 8 meses. El comportamiento de los títulos de anticuerpos puede no reflejar la actividad neutralizante”.

En lo que se refiere a farmacología, el epidemiólogo afirmó que “no existen evidencias de que haya que prevenir la infección tromboembólica en todos los pacientes que hayan sido ingresados, aunque sí es recomendable incluso en los pacientes sin ingreso, una valoración individualizada”. E hizo hincapié en que se está haciendo un “uso innecesario de antibióticos”. No recomienda usar antibioterapia de forma rutinaria.

Por su parte, Javier Arranz, miembro del Grupo de Trabajo-semFYC de Enfermedades Infecciosas se refirió a las nuevas variantes y en concreto habló de una nueva variante procedente de Francia, en concreto de la Bretaña. También habló de la británica, que tiene una característica bien diferenciada a las clásicas: “La duración del periodo de infectividad dura más: de 12 a 16 días”.

Esta peculiaridad está provocando un debate sobre si el manejo del paciente “debe variar en función de la variante de la que se ha infectado. Algo que ya sucede en Alemania y Francia”, afirmó Arranz. Transmisión, virulencia y efecto son los tres datos que hay que tener en cuenta de cada una de las nuevas variantes. De la británica se sabe que tiene “una alta transmisión, con un 57% de los casos en nuestro país; que aumenta el riesgo de hospitalización y de muerte. Pero no parece que haya problemas respecto a menor eficacia de tratamientos. Podría suponer un aumento de la presión en AP. Quizás habría que aumentar días de cuarentena con PCRs de salida”, en palabras de Arranz.

“De la sudafricana no hay informes de mayor virulencia, pero sí de una menor eficacia ante las vacunas. Y de la Brasileña, con muy alta incidencia en Italia, sabemos que la vacuna de Astra Zeneca tiene menor efecto. En nuestro país en este momento hay 15 casos. Además está la californiana, que podría ser la más peligrosa”.

Saber con cuál se ha infectado el paciente es posible con una PCR, pero no con antígenos: “No diferencian las variantes, pero sí son útiles para diagnosticarlas todas”.

Las “Manifestaciones persistentes de la COVID-19. Guía práctica clínica” fue el título de la charla de Anna Moragas, miembro del Grupo de Trabajo-CAMFiC Infecciones. Hizo un repaso sobre los síntomas más comunes de este problema, entre los que se encuentran fatiga, dolor torácico descrito como quemazón, dolor articular y muscular, disnia, falta de olor y gusto, alteraciones digestivas como diarrea y vómito, dificultad para concentrarse, pérdida de cabello…. Quienes presentan estos síntomas se encuentran con “dificultad para volver al trabajo y/o a su vida normal. Por lo que se les debe tratar con un abordaje multidisciplinario, que se pueda diagnosticar, acompañar y tratar desde AP”.

No se sabe cuáles son las causas del covid persistente, aunque sí se sabe que la causa es multifactorial, “como predisposición genética; carga viral persistente, respuesta inflamatoria, presentación fase aguda. Es más frecuente en mujeres, con masa corporal alta y de una media de edad de 39 a 57 años”, comentó la médico de familia. “Faltan estudios para saber más de la covid persistente. No sabemos si van a permanecer en el tiempo, si van a atenuarse o si se van a cronificar”, aseguró Moragas.

 

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