Verónica Casado repasa el presente y el futuro, las fortalezas y amenazas de la MFyC, en un editorial de Revista Clínica de Medicina de Familia

“Es evidente que en estos momentos nos estamos jugando mucho; no solo nuestro futuro, sino la salud de nuestra población”. Así de contundente finaliza Verónica Casado, Médica de Familia y Comunitaria en Valladolid, reconocida como mejor médica del mundo por el WONCA en 2018, el editorial que firma en el último número de la Revista Clínica de Medicina de Familia.

Presente y futuro de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria en España es el título del editorial, en el que repasa la situación de la Medicina Familiar y Comunitaria desde los comienzos de la especialidad, 40 años atrás. Casado comienza repasando las tres grandes crisis por las que ha pasado: en su nacimiento; en 1995, por la directiva europea que exigía una formación específica de al menos 2 años; y en 2007, producida por la mala planificación de las necesidades de especialistas del SNS, que aún sigue suponiendo un lastre pata Atención Primaria.

“En estos años, la CNE de MFyC insiste especialmente en planificar la oferta MIR general y de residentes en MFyC, en especial, con reajuste entre especialidades y entre comunidades autónomas, y propiciar la fidelización laboral por el sistema sanitario y la mejora de las condiciones laborales de la Atención Primaria, así como su presencia nuclear en la universidad, para evitar la no elección de esta especialidad o su emigración”.

Y afirma Casado que en 2013 y 2014, la Comisión Nacional de la Especialidad concluyó que la oferta para MFyC debía rondas las 2.500 en lugar de las 1.671 plazas que fueron convocadas. Así las cosas a nadie le puede extrañar la situación en la que estamos, cuyo empeoramiento se sabe aumentará ante la ola de jubilaciones de los próximos tres años.

Pero esta es solo una de las debilidades y/o amenazas a las que hace referencia Verónica Casado. También se refiere, entre otras, a:

  • Hospitalocentrismo en la asistencia, en la formación y en la investigación.
  • Desconocimiento político, académico, sanitario y social del valor de la AP y de la MF.
  • Escaso número de residentes que elige MFyC en los 500 primeros puesto.
  • Parcelación de la formación y de la asistencia.
  • Ninguna especialidad se forma más tiempo en otros servicios que en el suyo propio. No valoración de la MFyC externa ni internamente.
  • No se valora «el perfil del cupo» ni las presiones asistenciales para consultas docentes asistenciales. Dificultad para compaginar asistencia, docencia, gestión clínica e investigación.
  • El libro del especialista es considerado excesivo y poco útil por algunos tutores y residentes.
  • La presencia de la MFyC en la universidad no es nuclear ni en las materias impartidas ni en las prácticas.
  • ………..

A pesar de todo ello, la médica de familia recuerda la importancia de nuestras fortalezas:

“La competencia de las médicas y los médicos de familia (MF) de nuestro país, entre otros factores, ha influido de manera importante sobre la morbimortalidad evitable imputable a la Atención Primaria que nos posicionó entre las tres mejores de 31 países europeos en 20151 y que ha significado un gran motor de cambio”.

El número completo puede leerse en este link.

 

 

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